El viernes después del acostumbrado relajo pre-fin-de-semana, coordinamos ir a la parcela y pernoctar allí entre las noches mas estrelladas de la quinta región.
El sábado me levante temprano para dejar las tareas domesticas solucionadas antes de partir ... nada, el día estaba demasiado bello como para ir a pasear un carrito de supermercado, mis botines enfilaron rumbo opuesto, necesitaba sentir mis pies hundiéndose en la arena, el día estaba hermoso, había sol tibio de invierno y los rastros de las ultimas lluvias tenían la arena húmeda, aun marejadas con olas impresionantemente fuertes y estruendosas, me hicieron correr antes de mojarme porque las ultimas lluvias se habían comido la playa, y para caminar, solo tramos.
Cansada de caminar y dar gracias, me devolví a lo que baje y me fui con los carritos a llenar la despensa, corto y preciso, lo justo y necesario.
Terminado el lunch, me dispuse con mis cachureos hacia el interior, la llave del auto no estuvo por ninguna parte ... decidí tomar la llave de repuesto ... oh sorpresa oh, las llaves estaban puestas en el auto, okis me dije, guarde las de repuesto en la cartera y enfile hacia los cerros, ...
El día estaba bello, demasiado bello, el aire tibio y los aromos floridos, el camino era un sendero dorado de aromos en flor, con su penetrante olor entrando por las ventanas abiertas de par en par, la música que te alegra el alma y te hace cantar como niño chico. Antes de llegar a destino, parada obligada: habrán aguantado los aguacates la embestida de las ultimas lluvias?, debía confirmar, así que me desvíe a dar una miradita. Feliz, todo bien, el pasto creció alto, y el cerro aguanto el aguacero ... Antes de la inspección a pata, deje todo en el maletero, solo baje mi fotografinka imperdible, el celu y las llaves, todo cerrado, cosa que no acostumbro y camine los aguacates para comprobar quien hace mas daño si las lluvias o los terribles conejos ... ganaron estos últimos habrá que reemplazar nuevamente, varios aguacates.....en fin.....
Las fotos de rigor, nada mas que hacer, seguir camino a disfrutar del reponedor aire de olmue.
Entonces se inicio el drama, mis llaves no estaban en mis bolsillos y el auto demasiado cerrado como para pensar en alguna posibilidad. Se me cayeron? las deje en el maletero?.....
Vuelta a recorrer el caminito una y otra vez, NADA, el trece no aparece y el pasto demasiado largo no ayudo en la búsqueda, la única posibilidad: se me quedaron en el maletero al sacar el forro de la fotografinka, y ahora que? .... demasiada altura para bajar a pata y demasiado lejos de todo, solo los conejos podían escucharme, but ellos que saben de abrir autos?.
No me quedo mas remedio que bajar hasta la caseta del guardia varios trancos cerro abajo, para ver si alguna mano amiga podía ayudar, .... nada, un alambre suelto no fue suficiente para abrir la condenada chapa....
Menos mal que baje el celu, y claro con casi cero en batería, si cuando las cosas pasan, pasan todas juntas me repetía, ... batería justo pal telefonema de emergencia .... nada, mente en blanco, y, que se hace en estos casos?, la llave de repuesto también esta en el maletero!!! ....
Cerrajeros? Habían desaparecido por arte de magia, sábado por la tarde, muchos en descanso y muchos no hay por esos lados. Mi buena amiga kekita no sabia como ayudar, solo se le ocurrió venir por mi para pensar en tranquilidad.
Otros contactos me dieron una posible esperanza, así que despedí a mi amiga, que volviera a casa y espere pacientemente alimentando ocas ....
Luego de un par de horas, refrescando ya la tarde, me di cuenta que estaba aislada y la noche seria dura allí, lejos del mundanal ruido, sin luz, agua, ni donde guarecerse del frío ....
Decidí bajar, luego de que me enviaran ayuda para llevarme solo hasta el plan, porque la camioneta sin papeles en regla, los verdes de por allí: bravos, no podíamos arriesgar la herramienta de trabajo demasiado importante por esos lares, ....
Como tomo bus?, si en mis yeans solo hay una fotografinka y un celu con batería muerta?....
Otro amable señor me “presto” unas lucas para llegar hasta donde me alcanzara....colectivo al cruce, micro hasta el poblado mas cercano y allí a esperar a que vinieran nuevamente por mi ...
Tarde ya, el cerrajero se desocuparía tipo 10 de la noche, a esa hora debía volver por mis cosas, todo estaba allí, mis llaves, mi cartera, mi identificación, mi cocavi, mi pijama, mi cepillo de dientes y mi osito de peluche.... jajaja.
Hubo tiempo, mucho tiempo, para disfrutar desde la altura de esos cerros el atardecer y meditar sobre el porque de algunas cosas, me dedique a esperar y a concluir que así debía ser nomás, como todas las situaciones que están para enseñarte algo.
El primer aviso de llaves fue por algo, y no lo escuche, sin embargo si no hubiese arrastrado a mi cartera llaves de repuesto que normalmente suelen estar escondidas en un recóndito cajón con llaves en mi casa, tampoco tendría ahora la posibilidad de que al abrir el auto pudiera arrancar.....en fin...
Luego de un té reponedor en olmue, me senté a esperar el llamado del veintiunico cerrajero del pueblo ..... que estaba tapado en pegas de personas olvidadizas que dejan las llaves de autos dentro de ellos.
A las 10 de la noche enfilamos nuevamente por esos cerros, con linterna y abrigados hasta las orejas, el encuentro en el cruce y a subir cerros sin iluminación, en bruto, no se veía mas allá de las manos y la noche estaba helada.
5, 10, 15, veinte minutos y nada de nada, el seguro demasiado seguro del cacharro no permitían que el auto se abriera, trabajo de joyería esto de bajar por el vidrio y desarmar todo el engranaje que te hermetiza estas puertas de cierre centralizado ....
Estaba latente la posibilidad de que ahí estaría el 13 con mis llaves colgando, así que había que seguir intentando....
Después del desarme de puerta y de mas de una hora congelándonos en las alturas, se abrió la puerta y pude comprobar que mi mente estaba clara, las llaves no estaban en el maletero, simplemente se me cayeron entre el pasto largo de los aguacates .... al menos estaban las de repuesto que me permitieron bajar el auto .....
Esa hora de espera me dio nuevo tiempo de reflexión, la inmensa noche fría me dio la oportunidad de disfrutar ese lugar así en bruto ....
Muy alto estabamos y desde allí se veía hermoso el valle, la soledad era abismante y sentí una alegría inmensa de poder disfrutar ese lugar de noche ... las estrellas y constelaciones impresionantemente bellas y solo algunas lechuzas acompañaban el silencio de la noche ... y claro, también las carreras de los conejos que se sentían invadidos en su medio....
Ya de regreso, debimos calentar el cuerpo antes de ir a dormir entrada ya la madrugada .... al día siguiente me esperaba la caminata dominguera.
El día amaneció hermoso y la caminata fue refrescante, vitalizante, es bueno tener amigos pense, pero de los buenos, de esos que cuando los necesitas están.
El resto del día fue cosechar limones, naranjas, paltas, disfrutar los arboles que están floreciendo, los aromas de flores y de hierbas, todo verde, un día primaveral de invierno, calor a medio día que casi me hace tirarme a la pileta fría, un almuerzo reponedor y el regreso no deseado ...
Siempre es bueno estar allí pa desestrezarse de la semana, me quedaba camino aun, debía devolver las lucas al amable señor y volver por las llaves entre el inmenso pastizal, ahora con la certeza de que estaban en algún recóndito lugar de la plantación.
A conciencia busque nuevamente ayudada de un tutor, y con la convicción de que ahora si las encontraría, y así fue, pase mil veces por ese lugar, pero no las vi ...
Este hecho me invito a una nueva reflexión ... lejos de enojarme me reí sola cada vez por la forma como se dan las cosas, como me permití disfrutar de ese paisaje de noche, cosa que no habría hecho sin un real motivo ... como debí replantearme el manejo de situaciones, como saber que cuentas con amigos en todos lados, y tantas cosas que hicieron de este fin de semana inolvidable, maravilloso intenso a concho.
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