Las callecitas de Buenos Aires ...

Buenos aires es una ciudad encantadora, sus calles, edificios, idiosincrasia y sus raíces te atrapan y embrujan.

Recorrer Corrientes con sus miles de librerías es deleitarse entre millones de letras para todos los gustos.

Su vida nocturna y la acogida amable del argentino te invita a conversar, quedarte y sonreír.

En dos tiempos y aprovechando esto de las rebajas que se vienen en Marzo, más el término de Lancatráz, sin pensarlo dos veces, di un giro en el aire y mi dedo apuntó en el mundi directo a la hermana patria Argentina.

Lulú-Verito también necesitaba un descanso después de su carpiana intervención de un matasano que se le ocurrió redibujarle la línea de la vida en su mano derecha.

Así fue como nos embarcamos rumbo al país del beefe chorizo para descontaminarnos un rato y relajar el nervio del ultimo proyecto.

Todo dado, las reservas, los planes mas el ánimo, hicieron de estos cuatro días un real descanso y agradable recuperación.

Recorrimos calles, lugares, tiendas, cueros, y todo lo que no estaba planificado.

Es que Buenos Aires es así, puedes llevar muy buenas intenciones y un plan completamente trazado, sin embargo sus calles y su gente te va guiando a lo espontáneo, lo cotidiano y te dejas arrastrar por lo que venga, al fin y al cabo, estamos a un paso y cruzar la blanca cordillera, y hoy día no cuesta nada.

El Viejo Almacén un espectáculo a otro nivel, con clase y elegancia, cero falta, sus bailarines, músicos y cantantes verdaderos artistas en un show impecable. Antes, la cena en el Nuevo Almacén, atendidas como reinas con la sutileza y el encanto gaucho, mejor en ningún lado.

Truenos y relámpagos para recibirnos, una tormenta tropical que no logró aguarnos la fiesta pues el ánimo era relajado, debimos permanecer dos horas en Ezeiza dado que el nivel del agua en la ciudad superaba el metro, ni los buses se atrevían a cruzar la carretera que une el aeropuerto con la capital federal.

Los siguientes días y como era de esperar, sol cómodo y temperatura grata, nos permitió chalupiar por cuanto lugar se nos ocurrió, tanto que debimos hacer uso del cómodo spa del hotel para recuperar caminatas y cansancio llevados desde Chile.

Jacuzzi, finlandés, sauna y turco no se hicieron esperar, regalonas nos dimos el tiempo de recuperación necesario para seguir patiperriando.

La partida similar a la llegada, Buenos Aires nos despidió con llanto, los cielos nublaron su alegría y con agua nos dijeron vuelvan pronto chilenas acá siempre serán bienvenidas.

Renovadas y en Chile, Lulú-Verito a su cotidiano ir y venir, yo a preparar mis maletas, me queda nada para mis verdaderas vacaciones ...

Fotos by MadPat: Febrero - 2007