domingo, 1 de octubre de 2006

Esperando mi baño

Una sala fria, fome y sin mucho arreglo, mas bien descuidada.

Afuera, suenan tambores y flautas, es la chimuchina de la preparación para la fiesta de Cuasimodo, columnas de chinos y huasos, mezclados con el pueblo que sale a recibirlos, es la cultura del campo ...

Me interrumpe don Alfredo que entra a saludarme y por supuesto el consejo sabio de salud y vida. Y cómo no?, a sus noveta años .. (susto) ... se puede dar el lujo de recomendar esto y aquello con mucha propiedad.

Esta vez es la sal, aprovechando mi espera de mi baño de mar caliente, necesario y reponedor luego de esa tremenda semana.

Me recomienda, muy serio, eliminar la sal, en realidad, dice que debo reemplazar la sal fina y elaborada por la buena sal de mar, bruta.
Sip, esa sal que se encuentra en las salinas, cerca de Punta de Lobos o mas al norte, la que no ha sido tocada por el hombre, cero elaboración.

Sabiamente comenta que perdemos todas las buenas propiedades del potasio, fluor, magnesio, etcetera, dado que a la sal refinada solo le dejan el cloruro sódico, el mas dañino de sus componentes .... (jeje, me salió, el químico escondido que llevo dentro) ...

Todo tiene su explicación, of course, la sal de mar al contacto con el aire, se humedece muy rápido y se vuelve agua, de allí, la necesidad de incorporar el fosfato de cal al refinarla.

A tiempo me avisan que mi baño está listo, dejo a don Alfredo que tiene tema pa rato, y me dirijo a mi cabina. Espero relajarme un rato, alinear mis íones y ordenar mis pensamientos.
Se viene otra semana dark y no quiero perder el control, se que puedo lograrlo aunque hoy solo vea nubarrones en el horizonte.

Treinta minutos a concho, y estoy lista para visistar mi lugar favorito, cerca de la cueva del pirata, eso, terminará por relajar mi mente.

Una manzana, mi fotografinka para registrar el momento total y mis pasos hacia el despeñadero.
Bello atardecer, el sol ya bajó y la tarde dominguera inicia su retirada.

De regreso a Viña, recorriendo lento, no hay prisa, aprovecho de disfrutar campanitas y yuyos que se tienden en el camino.
A lo lejos, una alfombra de colores, los dorados de las dunas me obligan a bajar la velocidad.

Que bonito sendero, nunca deja de sorprenderme.

(foto: Atardecer en Quintero. Oct_2006 by MadPat)



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