Tienes Feis???..

Con esto del cambio en las tecnologías, el mundo ha sufrido cambios impresionantes, el mayor, diría yo, esta en las comunicaciones.

Hasta hace un rato nos comunicábamos por señales de humo y hoy en día, la comunicación es inmediata, y por mas de un medio, así, quien no tiene celular, tiene un correo o tiene acceso a Internet y con eso, todo un mundo abierto, abiertísimo.... tan abierto y expuesto como uno quiera.

Resulta que si no avanzas con estos cambios te vas quedando obsoleto y si no logras entender lo que hay detrás de cada una de estas comunicaciones, también... como lo que le paso al don y su necesidad de comunicarse con el resto del mundo.

El, tradicionalista y romántico, de escribir largas cartas con letra caligráfica, de ir a las añosas ventanillas de correos por una estampilla, pegarla en el sobre al extremo superior derecho, como se estilaba antes, todo en orden y de cuidado esmerado.

Sucedió que las estampillas comenzaron a escasear y la señora de la ventanilla de correos le sugirió que en vez de gastar plata en un pedazo de papel engomado, mejor se creara un correo electrónico.

El don no entendió eso, pero pidió ayuda.

Le costo mucho comprender lo de la wifi y las casillitas de correos electrónicos.

Igualmente, todo parsimonioso, logró crear su correo y empezó a comunicarse cibernéticamente.

Toda vez que debía enviar un correo, se conectaba y mientras escribía, con su acostumbrada parsimonia, pensaba en los románticos tiempos de papel y pluma. Sin embargo asumió bien esto de no tener que ir al correo a dejar una carta que demoraría semanas en llegar a su destino.

De cualquier forma es muy romántico, escribir la carta, pensar cada palabra, y luego sentarse a esperar una respuesta __ pensaba...

aa

Todo eso cambio, y hoy, no terminas de enviar un correo cuando ya estás recibiendo un mail de respuesta.

Esto, confundía mucho al don, era como si detrás de la pantalla de su computador, estuviera mirando el receptor y cuando él apretaba send, el equipo magicamente enviaba respuesta inmediata.

Y los correos cibernéticos, también se volvieron lentos, la tecnología exigía, una vez mas, que el habla fuera instantánea.

Así el don, rompiendo una vez mas esquemas, instalo su chat, y ahí, de mala gana de repente respondía a las señas de algún despistado contacto que necesitaba comunicarse imperiosamente con él.

A regañadientes intercambiaba monosílabos mientras pensaba que eso no era para él, pero sabía que si no asumía el avance tecnológico, era hombre muerto.

Así llegó hasta la antigua pulpería de doña Rosario, que por años en ese pueblito, vendía de todo para sus habitantes, huevos de campo, heno, frutas, quesos, pan amasado y todo los víveres que se requerían para la supervivencia de los pocos habitantes de Cumpeo.

Pidió pan y huevos de campo, y como era admirador de la fotografía, le pregunto a doña Rosario si podía tomar algunas fotos de su pulpería, ella, sonriente y admiradora del don, respondió coquetamente que si.

El don, hombre respetuoso y tradicionalista, convino que le enviaría copias para que doña Rosario pudiera ver las hermosas muestras que él había hecho de su pulpería, para esto, el don, hizo gala de su avance tecnológico y le pidió el correo electrónico a la doña, ella, le miro de reojo y mientras anotaba su correo electrónico le pregunto: __ Y Ud. don, tiene Feis?.

El don furioso arrugo su entrecejo y dijo fieramente __ NO!.

La doña esbozo una sonrisa caprichosa y bajito le comentó: __ igual lo voy a pillar en el feis.

Lo cierto era que el don efectivamente tenia creado su feis, pero para él era inconcebible esto de andar haciendo amiguitos a través de la Internet.

Era de pocos amigos, de esos que se conversan un mate con alguno que otro intercambio de palabras entre hombres de campo.

Eso de leer en su portal que __ “doña Rosario quiere ser tu amiga”__ le parecía inconcebible.

Ese feis se lo había creado su nieto mayor, quien había insistido en que el don estuviera dentro de sus amigos para poder enviarle ñami-ñami y todas las leseritas que divierten en ese sitio.

El don, que se dejaba hacer todo por sus nietos, acepto tenerlos como amigos, pero que doña Rosario, la dueña de la pulpería, quisiera ser su amiga, era el colmo de los colmos.

Eso saco al don de las casillas y en cuanto llego a su rancho, se conectó al computador con el propósito de borrarse para siempre del ciber espacio...

__ ya no estoy para estas barbaridades__ se decía, mientras intentaba una y otra vez eliminarse definitivamente del sitio de amigos.

Los amigos se van haciendo con el tiempo, pensaba, con respeto e hidalguía, no cualquiera puede contarse dentro de mis amigos, No, No, No y No, se repetía, mientras trataba infructuosamente eliminarse del sitio feis.

Llego la noche, apesadumbrado por no poder borrarse de la paginita, malhumorado y acongojado, se metió en su obscura noche, magullando improperios sobre la consabida tecnología, volvió sus pensamientos hacia atrás, cuando enviaba románticas cartas de amor a su amada, y se durmió en silencio soñando con aquellos olvidados y lejanos tiempos.