Navidad

Es Navidad, tiempo de reflexionar, de detener por un instante esta loca carrera por esta vida y empezar a despedir este año que para muchos fue aceleradísimo, para otros duro, fuerte, creo que a nadie dejo indiferente.

Lo importante es poder rescatar las enseñanzas que de estos extraños caminos aprendimos.

Fortaleza y mente limpia, alta y tranquila, mirando siempre hacia adelante, en paz y armonía.

Un abrazo a todos mis buenos amigos

Como epílogo no podría dejar de publicar estas hermosas palabras que me envío un buen amigo como saludo de fin de año.


¿Para qué sirve un minuto?

Un minuto sirve para sonreír. Sonreír para el otro, para ti y para la vida.
Un minuto sirve para ver el camino, admirar una flor, sentir el perfume de la flor, sentir el césped mojado, percibir la transparencia del agua.
Se requiere apenas de un minuto para evaluar la inmensidad del infinito, aunque sin poder entenderlo.
Un minuto sirve para oír el silencio, o comenzar una canción.
Es en un minuto en que uno dice el "sí" o el "no" que cambiará toda su vida.
Un minuto para un apretón de mano y conquistar un nuevo amigo.
Un minuto para sentir la tristeza de la derrota, la amargura de la incertidumbre, el hielo de la soledad, la ansiedad de la espera, la marca de la decepción, la alegría de la victoria.
En un minuto se puede amar, buscar, compartir, perdonar, esperar, creer, vencer y ser. Tan sólo un minuto para incentivar a alguien o desanimarlo.
Un minuto para comenzar la reconstrucción de un hogar o de una vida.
Basta un minuto de atención para hacer feliz a un hijo, un padre, un amigo, un alumno, un profesor, un semejante.
Solo un minuto para entender que la eternidad está hecha de minutos. De todos los minutos bien vividos.
Un minuto... parece increíble... parece tan poquito y sin embargo puede dejar una huella tan profunda en nuestra vida.