No es fácil deshacerse del pasado, siempre esta ahí recordándote que es parte tuyo.
A veces es necesario terapias de ayuda para salir de situaciones que te marcaron alguna vez en tu vida y que nunca te dejan en paz.
Situaciones duras que no siempre estas preparado para vivir, asumir y dejar que fluyan.
Cuando es que debes acudir por ayuda?
Y que tipo de ayuda es la que necesitas?
Son preguntas que te hacen desistir de ir hacia algún tipo de profesional que se digne a solucionar tus problemas.
Así tenemos ayuda sicológica, patológica, terapias de grupo, de parejas, en fin, ayudas hay por todas partes y para todos los gustos.
El cuento es poder pegarle el palo al gato y acudir, de ser necesario, al profesional que realmente podrá ayudarte a salir de tu problema.
La mayoría de las personas, escondemos la cabeza, e intentamos seguir caminando como sea hacia delante, o en círculos como muchos.
Yo tiendo a cerrar ventanas, puertas y todo lo que signifique darte vuelta y mirar hacia atrás... entierro a los muertos vivos, como bien dice una amiga mía.
No se solucionar de otra forma, y no creo estar dispuesta a ventilar mis complicaciones frente a “especialistas” de problemas.
Al final es una mochila tremenda que te pesa y arrastras por todo tu largo caminar.
Y si el pasado insiste en hacerse presente y recordarte que sigue allí, que no fue un sueño y que es real, muy real.
Es todo peor tratar de sobrellevarlo.
Los sentimientos son cosa seria, y debiéramos evolucionar en cuanto a este tipo de situaciones.
Si algo no esta bien, te decides y ya cambias el switch hacia otros rumbos....
Como si cambiar el switch fuera tomarse un helado...
Ese es el problema, el cambio de actitud.
No para todos es pan comido, a veces puedes permanecer años intentando cambiar ese switch que te jode el pepino.
Sin embargo no tienes alternativa para seguir caminando intentando cantar una nueva canción.
Cuesta caminar por el empedrado, mas aun cuando tiene piedras, y si te hacen zancadillas, peor aun.
Debes ser lo suficientemente hábil para saltar y seguir tan japi como si nada hubiese pasado.
Escribo esto a raíz de situaciones aun no resueltas en mi subconsciente y con el fin de ayudar a quienes están en el mismo proceso.
Escucho a diario a otros que van a mi lado con problemas similares y peores.
Quizás escuchándonos todos un poco cada día, encontremos la fórmula para estar algo mejor.
No creo que exista en el mundo un ser absolutamente feliz que no haya tenido en su vida alguna situación que lo marco definitivamente.
A lo mejor los niños que aun no han despegado el vuelo.
Aun en ese mundo, también van niños marcados a fuego por el destino y que les tocó duro desde la cuna.
Espero algún día estemos tan evolucionados en espíritu que podamos solucionar estos problemas como quien se cambia de camisa.
Iremos por la vida de manera mas liviana y sin miedos a los abismos...
Ojala algún día podamos ser todos hermanos y caminar juntos sin hacernos daños por el solo hecho de vivir.
miércoles, 28 de noviembre de 2007
Pasado...dejalo ir
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2 comentarios:
No es la soluciòn absoluta pero ayuda a pensar: Saludos..
Cerrar el círculo
Un maestro budista había salido a caminar con sus discípulos. Al llegar a la ribera de un arroyo sen encontraron de frente a una bella mujer que estaba bañándose. Ella se sonrojó y se agachó para poder cubrirse con el agua. El viejo monje la miró y cortésmente le saludo: “¡Buenos días!”. Sus discípulos hicieron lo mismo. El viejo monje siguió su paso tranquilo, cruzó el puente, tomó la ruta por el bosque y alcanzó el valle, en donde se apreciaban los trigales dorados.
Sin embrago un murmullo venía desde donde estaban sus discípulos. “¿Qué les pasa mis jóvenes? ¿Por qué interrumpen su meditación?”
“Maestro, ¿Acaso no se dio cuenta de lo que ocurrió? ¡Todos vimos a esa hermosa mujer! ¿No la vio usted?”
“Pequeño, ¡por supuesto que la vi.!” -dijo el maestro, y con sabiduría agregó- “Pero yo la dejé en el arroyo!”
Muchas veces en nuestra vida vamos haciendo cosas que nos lastiman y no nos damos cuenta de ello. Uno de los múltiples errores que cometemos es precisamente éste: aferrarnos al pasado, querer una y otra vez revivir lo que no fue o lo bello que tuvimos o recordar los malos momentos. Sin embargo no nos damos cuenta que a veces es mejor dejar las cosas en su sitio.
El pasado se fue y no volverá. Déjalo ahí, de lo contrario no te dejará avanzar...
Atte.
El Presente
Lo pasado ha huido, lo que esperas esta ausente, pero el presente es tuyo.
Proverbio Arabe
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