Se ha vuelto una tradición esto de iniciar el fin de semana en buena onda y San Viernes no se hace esperar, si no son los Viernes Sociales, es un café en el Melinka (melinkaso), o la cháchara relajada sobre algún tema que destacó en la semana.
Con Lanita teníamos planificado realzar nuestra belleza con un atractivo masaje y luego nos atreveríamos ir hasta la lejana tierra nipona.
Lo primero fue desechado de cajón, luego de la suma de detalles que volvió la semana gris y apesadumbrada.
Nos quedamos solo con la segunda opción y tomamos el primer jet a Japón.
El lugar prometía y la acogedora bienvenida del hermanito trasandino nos animó a seguir adelante, que hace este che tan lejos de su tierra???
Bien por nosotras, estos hermanitos transandinos son lo mas cercanos al príncipe encantador...jijiji
Arriba las luces tenues animaban más a la conversa bajita entre parejas que a una cháchara distendida y alegre, así que nos quedamos solo en el primer nivel.
La carta, traducida afortunadamente a nuestro nativo, nos dio el vamos a los platos, aunque de cualquier forma, todo lo que allí escrito estaba, seguía siendo chino-mandarín para mi....juas.
Entre pito y flauta nos decidimos por algunos bocados que se describían menos agresivos que otros, esa fue nuestra orden.
En la mesa de cuero, decorada con los colores nipones, se desplegaron bellos platos alargados y un sobrecito de palitos de madera por persona.
El plato principal estaba delicadamente adornado con rollitos de muchos colores, dispuestos todos, unos contra otros, un arte geométrico desafiando la fuerza de gravedad de la mesa.
Desde antes ya me estaba preguntando como sería esta odisea de comer con palitos....y el tiempo no se hizo esperar, y la aventura tampoco.
Cada rollito debía ser atrapado entre dos palitos, difícil tarea, luego, cuando lograbas atrapar uno y antes de que se transformara en una masa sin forma ni figura, debías parsimoniosamente trasladarlo hasta tu platillo personal, misión imposible!!!
Si por fin lograbas llevar el rollito hasta tu puesto, correspondía ahora, bañarlo en salsa de soja, mas picante si era tu gusto, esto revolcando el rollito de lado en lado....ahí toda la estética lograda parsimoniosamente por el chef culinario, estaba a medio camino de volverse a cero.
La ultima parte y mas compleja, es llevar el bocado a tu boca, no solo debes tener equilibrio, soltura de dedos y dominar los palitos, si no que además, abrir la boca al tamaño adecuado o te quedas con un desastre de arroz y mezclas raras de colores, todas esparcidas sobre la mesa.....desastre total!!!.
Afortunadamente todos los que allí estábamos, éramos chilenos, unos mas otros menos aventajados en el manejo de palitos pero chilenos al fin, porque estoy cierta de que si algún ninja hubiese estado cerca nuestro, seguro saca su katana y de un solo samsung nos deja fuera del mapamundi......juiiiis!!!
Así fue esta entretenida experiencia de ir por comida japonesa, aventurarnos con sushi y sabores nuevos, mezclados de risas y conversas que siempre hacen bien al alma.
viernes, 7 de marzo de 2008
Aloz con palitos!!!
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