Esta enfermedad es cada vez mas común, ataca al cristiano justo al momento de cruzar el umbral del antro laboral, los síntomas empiezan un poco antes incluso, con el sonido del despertador, ahí ya se te empieza a descomponer el genio, te miras al espejo ves la transfiguración de tu expresión corporal y anímica y todo se te vuelve un caos.
Se acrecienta en cuanto te sientas en el escritorio y ves que una nueva semana se inicia.
Lees correos atrasados, te acuerdas que el viernes dejaste la pega a medias por escaparte raudamente a la playa y se desencadena el mal mayor.
Si además tuviste la suerte de tener un fin de semana de película, el mal es peor, esta la disyuntiva entre querer y no querer aparecerte por la pega.
Tu imaginación vuela con los juegos de azar y el príncipe azul que viene a rescatarte en su corcel... en fin. La cosa clara es que es una lata trabajar un Lunes.
Para mí, la semana ideal es la recién pasada, Lunes y Martes algo de pega, Miércoles feriado, y luego Jueves y Viernes preparando el fin de semana...jajaja. La sensación de trabajar solo Jueves y Viernes es ideal.
Cuando los Lunes son de color gris, todo empeora, te cuesta agarrar ritmo, involucrarte y empezar a sentirte acorde con la rutina laboral.
Me pasa que me pesa hasta la manera de hablar, no quisiera emitir palabras y me aíslo en mi sucucho cual autista, intentando esconder la cabeza como los avestruces.
El lunes se me hace tan largo que ya quisiera yo, que solo existiera como un preámbulo de inicio de semana, pero en ningún caso tomarlo tan a la rápida y empezar desde la madrugada con esto de correr y correr para tratar de solucionar nada.
Recuerdo cuando niña asistir un Lunes al colegio era otro cuento, gratísimo llegar a clases para ver y contarnos todas las aventuras que habían ocurrido el fin de semana con nuestros amigos. Eso siempre y cuando no te tocara clases con la vieja de matemáticas, que seguro y de pura mala onda, te ponía un control sin aviso, como pa embarrarte la psiquis.
Cuando estaba en verano, en tiempos de entrenamiento era al revés, los Lunes me apartaban del grupo y la emoción de las competencias, que generalmente te llenaba de adrenalina. Eso era bueno, había mucha alegría saltando en cada uno de nosotros, es que el deporte siempre lleva positivismo de la mano, así que los Lunes, que era el día de descanso luego de arduas competencias, era un día callado y en silencio, lejos de los amigos que compartían contigo inquietudes deportivas.
De cualquier manera los Lunes nunca me han gustado, me siento absolutamente identificado con Snoopy, y pa mi los Lunes, debieran ser borrados del calendario, así de simple.
Se acrecienta en cuanto te sientas en el escritorio y ves que una nueva semana se inicia.
Lees correos atrasados, te acuerdas que el viernes dejaste la pega a medias por escaparte raudamente a la playa y se desencadena el mal mayor.
Si además tuviste la suerte de tener un fin de semana de película, el mal es peor, esta la disyuntiva entre querer y no querer aparecerte por la pega.
Tu imaginación vuela con los juegos de azar y el príncipe azul que viene a rescatarte en su corcel... en fin. La cosa clara es que es una lata trabajar un Lunes.
Para mí, la semana ideal es la recién pasada, Lunes y Martes algo de pega, Miércoles feriado, y luego Jueves y Viernes preparando el fin de semana...jajaja. La sensación de trabajar solo Jueves y Viernes es ideal.
Cuando los Lunes son de color gris, todo empeora, te cuesta agarrar ritmo, involucrarte y empezar a sentirte acorde con la rutina laboral.
Me pasa que me pesa hasta la manera de hablar, no quisiera emitir palabras y me aíslo en mi sucucho cual autista, intentando esconder la cabeza como los avestruces.
El lunes se me hace tan largo que ya quisiera yo, que solo existiera como un preámbulo de inicio de semana, pero en ningún caso tomarlo tan a la rápida y empezar desde la madrugada con esto de correr y correr para tratar de solucionar nada.
Recuerdo cuando niña asistir un Lunes al colegio era otro cuento, gratísimo llegar a clases para ver y contarnos todas las aventuras que habían ocurrido el fin de semana con nuestros amigos. Eso siempre y cuando no te tocara clases con la vieja de matemáticas, que seguro y de pura mala onda, te ponía un control sin aviso, como pa embarrarte la psiquis.
Cuando estaba en verano, en tiempos de entrenamiento era al revés, los Lunes me apartaban del grupo y la emoción de las competencias, que generalmente te llenaba de adrenalina. Eso era bueno, había mucha alegría saltando en cada uno de nosotros, es que el deporte siempre lleva positivismo de la mano, así que los Lunes, que era el día de descanso luego de arduas competencias, era un día callado y en silencio, lejos de los amigos que compartían contigo inquietudes deportivas.
De cualquier manera los Lunes nunca me han gustado, me siento absolutamente identificado con Snoopy, y pa mi los Lunes, debieran ser borrados del calendario, así de simple.
a
Que tal si la semana se iniciara un Martes?, Tendríamos tres días para descansar y disfrutar, luego solo cuatro días para trabajar que seria bastante menos engorroso que cinco días de siete. en fin...de todas formas seria beneficioso.
Por otro lado, me encantan los lugares donde los Viernes laborales se terminan a medio día, sabes que al menos tendrás dos días y medio para disfrutar con tu familia y eso te alegra y alarga el fin de semana. en fin...nunca logro dar con la fórmula perfecta, y aunque la descubriera, seria una utopía mayúscula porque no cabria de ninguna manera en ningún espacio.
Así que para tratar de acortar los Lunes, me meto rápido a la pega y luego si me queda tiempo, intento distraerme con cualquier cosa que no me recuerde que estoy en Lunes, como tirar letras para no ver que ayer estuve tan a gustito y hoy me siento pésimo.
Por otro lado, me encantan los lugares donde los Viernes laborales se terminan a medio día, sabes que al menos tendrás dos días y medio para disfrutar con tu familia y eso te alegra y alarga el fin de semana. en fin...nunca logro dar con la fórmula perfecta, y aunque la descubriera, seria una utopía mayúscula porque no cabria de ninguna manera en ningún espacio.
Así que para tratar de acortar los Lunes, me meto rápido a la pega y luego si me queda tiempo, intento distraerme con cualquier cosa que no me recuerde que estoy en Lunes, como tirar letras para no ver que ayer estuve tan a gustito y hoy me siento pésimo.
a
Tal vez los lunes debieran cambiar de nombre y llamarse Viernes, quizás así serian mas aceptados al menos, pero en fin, .... se me acaba de ocurrir una idea, y estoy segura que encontrare muchos adeptos junto a mí, muchas personas que no gustan para nada del día Lunes.
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