miércoles, 15 de octubre de 2008

Diez minutos antes de enviar un mail.

La real academia española, especializada en lexicografía, tiene mas de un significado por cada palabra conocida y reconocida por el idioma español.

Sin embargo las interpretaciones sobre todo bajo la idiosincrasia chilena pueden ser del mas variado espectro.

Resulta a veces que un inocente contenido dentro de una frase sin contexto, puede dar para muchas y diferentes interpretaciones que no necesariamente concuerdan con la idea inicialmente plasmada.

De ahí entonces que cada vez que enviemos un correo, es necesario leerlo y releerlo una y mas veces hasta concluir que las palabras vertidas, no quieren decir nada mas de lo que dicen.

Sucede en ocasiones que una idea se puede interpretar de variadas maneras, si digo por ejemplo: “aquí estaré esperándote mañana por la mañana”, no necesariamente significa que “me quedare acá hoy por la noche hasta mañana esperándote hasta que llegues”.

Así, distintas traducciones pueden surgir, y es el lector, quien finalmente pondrá la entonación que mas le acomode a su lectura.

Miles de malos entendidos surgieron por una mala concepción en la lectura de las palabras, y que por lo general distan mucho de la idea originalmente plasmada.

Es entonces cuando y por sobre todo, debemos tener mucho tino si de letras se trata, mas aun si estas palabras son escritas y enviadas en un correo.

Un correo a veces inocente, puede terminar en un verdadero chascarro por la mala representación que se le puede dar a las palabras que allí se leen.

Mientras plasmaba estas letras a raíz de la idea de un amigo sobre contar hasta diez antes de enviar un correo, amablemente me llegó este link que no esta demás de
considerar.

El ser humano es por esencia sentimientos, y mas vale tener un filtro en momentos críticos antes de tener que arrepentirse cuando las palabras escritas son menos volátiles que las dictadas en un momento de euforia.

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