Hay muchas formas de vivir al limite, al limite en sensaciones, al limite de lo pensado, al limite de la opulencia, al limite de lo permitido… siempre rayando lo establecido y jugándoselas por el deseo.
Requiere ingenio, astucia, un poco de maldad y premeditación, y deseos... sobre todo deseo.
Requiere ingenio, astucia, un poco de maldad y premeditación, y deseos... sobre todo deseo.
Claro porque sin el deseo nada puede ser concretado, todo queda solo en un prospecto que no fructífera.
Atreverse a cruzar el límite es tener agallas y asumir todo lo que se viene por delante.
Varias veces he debido tomar estas decisiones de escoger caminos prohibidos y adentrarme hasta que la linterna ya no te alumbra más.
No es fácil, hay que ir con todas las antenas ready, al aguaite como decía el abuelo, y esperando, con muchas alternativas, que vayan sucediendo los hechos.
Es divertido porque no hay nada planificado, solo el momento, y eso, hay que vivirlo a full, nunca sabes si se te volverá a presentar nuevamente la misma oportunidad.
Las experiencias al límite por lo general son fuertes y generan suficiente adrenalina como para dejarte como loro en el alambre. Si no eres capaz de soportar ese descontrol, es mejor que te bajes antes de empezar.
Como todo en esta vida es un juego, siempre tienes la opción de ir escogiendo, y de esta manera puedes detenerte y decir basta, me bajo, o seguir adentrándote en la espesura del bosque hasta que encuentras un claro o definitivamente, te pierdes.
No es malo perderse de repente, sobre todo porque agudiza el resto de tus sentidos, esos que por lo general, duermen, acá, azuzados, deben estar alertos a cada acción y decisión que vas tomando, son estos sentidos los que te van guiando y haciendo sentir si vas en el camino correcto o diste un paso en falso.
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Generalmente estas experiencias te dan grandes satisfacciones, que pueden durar tan solo un segundo, pero que al final del camino, te hacen sentir que toda la adrenalina vivida en ese segundo, valió la pena.
No siempre sales bien parado, resulta a veces que en algún punto de la ruta, desviaste el objetivo y luego se va a las pailas todo lo que pensaste podría ser sustancioso, acá, no queda mas que asumir la experiencia vivida y tratar de sacar provecho al respecto.
Vivir al limite requiere tomar decisiones, y en cada instante tener la brújula a mano de manera de poder ir cambiando el rumbo si el camino se entorpece.
Las decisiones rápidas y tomadas a tiempo te pueden salvar de varias, y si demoras en hacerlo, es posible que termines como pollo frito o cazuela de tiburones.
No siempre sales bien parado, resulta a veces que en algún punto de la ruta, desviaste el objetivo y luego se va a las pailas todo lo que pensaste podría ser sustancioso, acá, no queda mas que asumir la experiencia vivida y tratar de sacar provecho al respecto.
Vivir al limite requiere tomar decisiones, y en cada instante tener la brújula a mano de manera de poder ir cambiando el rumbo si el camino se entorpece.
Las decisiones rápidas y tomadas a tiempo te pueden salvar de varias, y si demoras en hacerlo, es posible que termines como pollo frito o cazuela de tiburones.
No hay mucho que pensar, darle dos vueltas al asunto puede ser demasiado tarde para recuperar camino, decidir a tiempo es la opción.
Debe ser algo así como la compra y venta de acciones en la bolsa, te demoras un segundo en vender y ya perdiste como en la guerra, lo mismo si compras, si no eres apto, puedes perder millones de ganar.
Mente y sangre fría en las decisiones, se estrena, pero por sobre todo se lleva en las venas.
Si eres de los que deja ser, jamás llegaras a tomar las riendas de la situación.
Tampoco debes ser extremista porque en este tablero, a veces se encuentra más de un jugador, acá sirve, jugar y dejar jugar.
El juego a duplas es mucho mas emocionante, se trata de tener sus propias reglas, sin embargo y como todos juegan, la idea es permitir y ser permitido, ir cambiando estrategias a medida que tu contendor va mostrando sus cartas, y saber avanzar en equipo si ves que alguno tiende quedarse atrás, es la clave para no desertar.
Animar y ser animado es parte del juego y llevar el liderazgo como saber entregarlo es parte de la diversión.
Vivir al limite arrastrando no solo tu deseo si no el deseo del resto, es sumar deseos, sumar estrategias, sumar posibilidades y aventuras, es todo doble como doble también es perder.
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