La vida tiene muchas vueltas, tantas, que a veces te marea, la gracia está en no extraviarse en una de esas vueltas, o perderse pero retomar el camino…
Yo me he descarriado muchas veces y sin migas como señales de regreso.
Yo me he descarriado muchas veces y sin migas como señales de regreso.
Así, a ciegas, he debido retomar senderos, luego de unos cuantos chascarros.
De cualquier forma, soy convencida que no puedes huir del destino, en tal caso, da lo mismo perderse y reencontrarse una y mil veces.
Hoy por ejemplo, cuando necesitaba redescubrir mi camino, encontré un sendero que entelarañado me hacía guiños desde el silencio.
Mi agobio del último fin de semana, me llevo a intentar escapar por este trayecto y… grande fue mi sorpresa cuando en esta huella reencontré viejos caminantes que siguen a paso lento.
Partners de viaje, con sus mismas maletas, un poco desgastadas y un poco más cansados pero en esencia, la misma.
Alegría produce saber que aun siguen en ruta y júbilo entender que siempre hay un desahogo en medio de tormentas.
No deja de ser temible adentrarse nuevamente en laberintos que creías terminados y abrir puertas que pueden llevarte una vez más al abismo.
Pero quien no se atreve, no logra llegar al final del camino y no es menos cierto que, muchos viajando juntos es menos fácil extraviarse o quizás, te pierdes lo mismo pero, la compañía te brinda un poco de seguridad.
Cuantas trampas debemos crear durante el trayecto de manera de saltar todos los obstáculos y llegar a la meta lo menos lastimado posible?... Muchas…
No existe el viajero en la etapa final libre de magulladuras.
Mientras caminaba, cavilaba en voz baja… a veces es necesario aferrarse a cualquier elemento cercano al naufragio, con eso, sobrevivir, conquistar orillas y seguir avanzando.
No rendirse por ningún motivo ni por más agua salada te haga tragar el mar.
Siempre mirando hacia adelante, hasta conseguir el horizonte.
De cualquier forma, soy convencida que no puedes huir del destino, en tal caso, da lo mismo perderse y reencontrarse una y mil veces.
Hoy por ejemplo, cuando necesitaba redescubrir mi camino, encontré un sendero que entelarañado me hacía guiños desde el silencio.
Mi agobio del último fin de semana, me llevo a intentar escapar por este trayecto y… grande fue mi sorpresa cuando en esta huella reencontré viejos caminantes que siguen a paso lento.
Partners de viaje, con sus mismas maletas, un poco desgastadas y un poco más cansados pero en esencia, la misma.
Alegría produce saber que aun siguen en ruta y júbilo entender que siempre hay un desahogo en medio de tormentas.
No deja de ser temible adentrarse nuevamente en laberintos que creías terminados y abrir puertas que pueden llevarte una vez más al abismo.
Pero quien no se atreve, no logra llegar al final del camino y no es menos cierto que, muchos viajando juntos es menos fácil extraviarse o quizás, te pierdes lo mismo pero, la compañía te brinda un poco de seguridad.
Cuantas trampas debemos crear durante el trayecto de manera de saltar todos los obstáculos y llegar a la meta lo menos lastimado posible?... Muchas…
No existe el viajero en la etapa final libre de magulladuras.
Mientras caminaba, cavilaba en voz baja… a veces es necesario aferrarse a cualquier elemento cercano al naufragio, con eso, sobrevivir, conquistar orillas y seguir avanzando.
No rendirse por ningún motivo ni por más agua salada te haga tragar el mar.
Siempre mirando hacia adelante, hasta conseguir el horizonte.
aaa
Allí, te espera el gran arco de triunfo, un arco iris de mil colores coronando tu meta final.
3 comentarios:
Se extrañan tus letras amiga mia.
Tienes alguna buena entretencion que te separa de tu pluma?
Aunque por el tenor de las ultimas, te noto melancolica, eso es triste en ti, siempre tan alegre y diferente.
Un grande abrazo
Tu amigo de siempre
Gabo
Patty:
Me gusta tu escrito, aunque un poco serio para ti ahahah, que esta pasando AH?
Cariñitos
Pauly
Interesante punto de vista para estas vueltas.
Slds
Javier
Publicar un comentario