miércoles, 3 de diciembre de 2014

El conejo Ram

Regreso del olvido, más grande, mas pelado pero en esencia el mismo conejo grandulón y bonachón de siempre.

De la nada, entró a mi tienda y luego de mirar medio asustado, se sentó en mi silla y me miró con la misma sonrisa burlona de siempre…. “un caramelo?”  preguntó, -- estoy a dieta -- le contesté.  No sé si entendió eso de la dieta, quizás no, ya que solo entiende lo que quiere entender.

Tanto tiempo sin ver a Ram, hasta me olvidé de sus travesuras y aventuras, de esas que solo a él le pasan.

Al rato, de unas cuantas palabras, me di cuenta de que nada cambió, es como si hubiese estado durmiendo en su caja de vampiro, hasta que mi dedo mágico lo despertó.

Hablamos de todo, del mundo, de cuentos, de maldades, de todo;  y cuando se acabaron las palabras, se paró de mi silla y se fue.


Hace rato que no regresa el conejo Ram, no sé si se fue a invernar nuevamente, aunque le advertí que estamos en primavera, igual como no sabe de estaciones, inverna cuando se le da la real gana, y eso, es casi siempre…

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