Cerro Castillo

 Y sucedió nuevamente, bototos listos, mochilas al hombro y nuestros rumbos se perdieron en el aire hasta las frías noches de la hermosa Patagonia chilena.

El paisaje esquivo nos cautivó desde el inicio.  Ansiosos y expectantes, libres y felices apostamos por lograr esa osada travesía, más el universo que todo lo ordena dijo No! Y de ese No caprichoso logramos subir de igual forma hasta Porteadores y Laguna Duff… algunos jajaja.  De ahí en adelante, mapa en mano, debimos improvisar los 99,3 klms que en total subimos, bajamos, con viento y calor por verdes y hermosos senderos de Chile, que apenas se muestran en mapas.

Y fue en ese contexto que quedó claro que la suma de objetivos tácticos nos lleva hacia un objetivo estratégico, eso según el profesor Juanca.

También descubrimos que si olvidaste tu trípode, el “Congelao” de Cachureos ayuda a definir la instantánea para el recuerdo.  Súmele el “Desordenao” que rápidamente se convirtió en la toma obligada de registro de grupo.

Fueron noches de tertulias en las que compartimos risas, sanguches y fanshop para reponer la deshidratación.  Como olvidar a Anita tratando de hacer entender a la cajera que su pago era por medio sanguche de pollo más un tercio de sanguche de carne y medio fanshop jajajaja.

Cuento aparte fue encargar el lavado de ropa, con “remojo” plis (jajajaja), sin mencionar que la única prenda que no regresó, fue el bóxer volador de Pato, debió ser por su color concho vino, salú!...jajajaja.

Y noche a noche, nos fuimos enterando de los secretos estamentos de los AMM, que obviamente no puedo transcribir ni explicar en este resumen,  riesgo de destitución inmediata de uno de los socios fundadores.

Lo mejor del truco de Uge fue el retruco de su flor, lo único claro de esa enseñanza es que nadie aprendió a jugar al truco.

Lindos recuerdos que seguirán por un rato en nuestras mentes hasta que nuevamente alistemos nuestros bototos y volemos hacia una nueva aventura… que espero sea tan “Tranquila” como esta última.