viernes, 4 de abril de 2008

Adict@ al sushi ...

Cuando Pedro me comentó su adicción al sushi, lo miré con cara de marciano venusiano y solo atine a escucharlo hablar y hablar.... me dijo que partió de curioso, y que luego involucró a sus hijos, familia, etc., ahora ya no podían dejar de comer sushi: matinée, vermú y noche... Plop!

Fue justamente Pedro quien me inició en esto de los palitos japoneses, me invitó ceremoniosamente a un elegante restaurante nipón y me enseñó los distintos sabores orientales.

En esa oportunidad no quedé del todo convencida, dado que algunos productos marinos se presentaban en el plato tal como Dios los hecho al mundo ... piluchitos, piluchitos.

El tiempo pasó, impajaritablemente, y luego llegó este entusiasmo de Lanita de convertirme a los gustos japoneses.

Vuelta a intentar comer con palitos ay, al menos esta vez, la sensación fue de no saber si los bocados nipones eran o no de mi gusto.

El comentario no se hizo esperar, y entre los partners hay varios que sagradamente dedican un día al mes, en ir por los famosos rollitos.

Fueron ellos, quienes ya son muy avezados en estos gustos asiáticos, nos recomendaron probar verdadera comida japonesa, con barco y todo... juas.

Así, nos fuimos un día con Lanita, Kary, Sponsor y Pequeño Saltamontes, dejándonos guiar por aguas orientales a conocer un poco más esta ancestral cultura.

El cuento es que prácticamente un día a la semana, hemos caído en la tentación de ir por un par de rollos en algún lugar nipón santiaguino, que seguramente dista mucho de los verdaderos restaurantes japoneses, pero que para nuestro desconocimiento cultural in situ, pasa inadvertido.

Bien es sabido que comidas de diferentes países y costumbres, necesariamente deben ser “ambientados” al sabor latino, de manera que podamos enganchar con los “extraños” sabores de culturas tan diferentes a la nuestra.

Ayer, luego de saborear y tarde ya, el perfume que quedó en mi boca, aún después del aseo dental, me dio vueltas en mi mente esto de la adicción al sushi de mi amigo Pedro.... no estaré cayendo en una de estas “adiciones”?

De que otra manera se explica la ansiedad de ir por un par de rollos un día a la semana al menos, si comparado con por ejemplo, ir una vez a la semana por un buen plato de porotos granados, no genera esas misma necesidad? .... me siguen?.

Es posible que en los sabores perfumados y vistosos colores servidos de manera tan elegante, nuestros sentidos se sientan tan gratos y estimulados como para repetir mas de una vez.
a
Si agregamos una buena atención, lugares pulcros y silenciosos, llanos a conversaciones largas y distendidas, la velada es más que atractiva.

2 comentarios:

Lanita dijo...

Patyta, que rico, me dio hambre, conozco un lugar donde venden sushi atentido por unos amigos del otro lado de la cordillera. Espectacular vamos !!!
Ota ez !! Ota ez !! Ota ez !!

MadPat dijo...

Juas ... lo sabia, stamos adictas ...

al otro lado de la cordishera Lanita? .... que esperamos???? ... JO