viernes, 25 de noviembre de 2016

INAICAHUIN...

Y el momento llegó…


Varios entusiasmados, otros menos, quienes quisieron, llegaron…

Desde muy lejos unos, otros más cerca… todos puntualmente arribaron….

Y el metro de volantín blanco azuloso, nos dio la bienvenida….


INAICAHUIN: Ven a mi encuentro... Ven a mi fiesta...

Paisajes paradisíacos contribuyeron a que el encuentro fuera mágico…

Las emociones desde la bajada del mini bus, abrieron corazones,… y cada quien fue encontrándose en la mirada, de hace treinta años atrás.

Se dio todo, sol, amistad, re-encuentro,… terapia de grupo necesaria, sin programar, sin obligar, cada uno fue abriendo sus caminos y mostrando sus vivencias…

Historias potentes, de garra, de vida, todos con historias similares, de empuje y lucha…

Bellas enseñanzas de bellas personas, de acuerdo al nivel de sensibilidad que te exige haber sido una nadadora de ballet… en el agua.

Conectarse en el agua, coordinar con el equipo, al compás de un sonido, contando en las rutinas para no equivocarse y salir a destiempo, en época en que no existían los adelantos de hoy, era tarea titánica, y que maravilló a todos quienes nos vieron en actuación.

Años de exigente preparación física, de entrenar día a día en tierra y agua, de entregarlo todo en un espectáculo digno de aplausos…

Cuando y porque se esfumó ese equipo? No viene al caso recordar, lo importante es que cada uno escuchó el llamado y acudió a la cita, para vernos, disfrutar y emocionarnos.


Quizás el primero, quizás el único, ... necesario antes de partir…

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